ABRAHAM [4]
Yo quiero, Yo te pido, que escuches el gran mensaje,
para que nunca más busques.
Yo te digo —amada hermana—
que la verdad está dentro de ti
y no es para que hagas lo que se te da la gana.
Lo que mi Padre te pide es que puedas sentir
y —con gran amor—compartas
a todo el hermano
que se pare frente a ti, porque quiere saber.
Viene de alguien que está tan cercano,
para que tú te des cuenta
¡qué tan cerca estás de mi Padre!
y pocas veces lo has escuchado.
Cuando te abandonas al amor que Él te profesa,
es cuando sientes que realmente tu vida empieza,
porque se abre ante ti todo ese paraíso,
que para tus hermanos y para ti,
Él —con gran amor—lo hizo.
Y también para que tú te des cuenta,
que de muchas, muchas formas, Él se manifiesta.
Que en este instante Yo te digo,
que vengo en su nombre.
Si, en nombre de aquel
que siempre te ha dado tanto abrigo.
Que quiero que sepas y que nunca olvides,
que quien está contigo es de tantas formas tu hermana
y quien por ti, tantas veces ha pedido.
Todos ustedes eternamente han estado
y estarán protegidos inagotablemente,
que Yo Soy el que durante tantas noches ha estado contigo,
cuando tú —con tanto amor—has
pedido por todos los que amas
y que en ese momento no están contigo.
Quiero que recuerdes este momento,
porque —quien te habla—
te brindará por siempre ese único alimento;
el que viene del “gran Omnipotente”
y que en tu corazón siempre estará latente.
Yo Soy el Elohim que con tanto amor estoy aquí,
para decirle a este cuerpo amado;
“¡mi Padre está, estará y siempre ha estado!”
Y pronto sabrás porqué te lo digo,
porque de ello escucharás, lo que muchos hablarán,
ya que —en su nombre—en
muchos lugares estará.
Yo vengo en el nombre de lo que también tú
—amado hijo—llamas Abraham.
Y no olvides que tú estarás siempre protegido,
porque tú —los seres que amas—Yo
los abrazo y los tengo aquí conmigo.
Y para ustedes Yo tengo y —pronto
entregaré—todo lo prometido.
Que no te preocupe nada de lo que haya a tu alrededor,
ni quebrante tu alma, porque tú seguirás adelante
como lo que eres: ¡Mi bella flor!
Este cuerpo Yo he ido fortaleciendo,
para que —en mi nombre—muchos corazones,
con sus palabras vayan sintiendo
que Yo siempre he estado aquí…
que no me busquen, ni en cualquier parte,
porque estoy siempre amoroso dentro de ti.
¡Siénteme! para que mañana compartas con tanto gozo,
aquel hermano que busque consuelo
y que tú se lo brindes en mi nombre.
¡También cuando vivan en duelo!
Para ustedes tengo algo muy grande ¡benditos hijos!
que decidieron llegar aquí como hermanos
y dijeron:
“¡A ti siempre mi corazón te quiere recibir!”
y éste que te habla es el amoroso Elohim.
Como fue canalizado por KETA
Del Libro - El Gran Legado de los Elohims
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